Conservar la cadena de frío es algo básico si hablamos de seguridad alimentaria. Manteniéndola, limitaremos la posibilidad de crecimiento de microorganismos en la carne que pueden causar enfermedades.
La carne picada o cualquier producto a base de carne debe conservarse por debajo de 2 y 4 º C respectivamente, o congelado por debajo de -18 ºC. En el caso de la carne picada, hay que tener especial cuidado con su manipulación y cocinarla completamente antes de comerla.
Un alimento fresco como la carne suele durar unos 8 días para el consumo humano. Al comprarlo en los supermercados, ésta puede llevar tres o cuatro días almacenada o refrigerada, por lo que debe consumirse antes de este tiempo.
En el frigorífico hay que guardar la carne en la parte baja, por ser la más fría pero también por evitar que el posible líquido que suelten caiga sobre otros productos y los contaminen.
Los jugos de la carne son una fuente de proliferación de bacterias, por lo que antes de almacenarla en nuestro frigorífico es importante deshacernos de ellos para evitar infecciones.
No se aconseja lavar la carne en el momento justo antes de cocinarla, ya que las salpicaduras pueden extender los microorganismos a otros alimentos, utensilios y superficie de la cocina que estemos utilizando en ese momento.
Es preferible conservar la carne en recipientes limpios que se puedan cerrar herméticamente, retirando el papel o plástico en el que venía envuelto. Esto no es necesario en el caso de que la carne venga envasada en una bandeja, éstas ya están tratadas para evitar las bacterias.
https://carneysalud.com/consejos-para-conservar-la-carne-cuando-aprieta-el-calor/