1850 fue una época de escasez, no existía el consumismo ni todo el ajetreo y ritmo de vida alterado que vivimos hoy en día. La simplicidad predominaba en la sociedad. Pero no por ello era una sociedad menos exigente con el trabajo bien hecho, al contrario. La esencia de la simplicidad se basaba en hacer pocas cosas, pero bien hechas: El arte de cosechar el grano, la meticulosidad de la artesanía, la delicadeza en la ganadería. Es cierto que el abanico de productos y mercados era mucho más escaso que el actual, pero se denotaba un amor y un cuidado especial en su confección.
María fue una mujer nacida en Riudellots, una pequeña localidad del Gironés. Concretamente en una granja humilde donde cada madrugada el alba formaba un mar amarillo debido a la plantación de girasoles que yacía a lo largo de las hectáreas del campo ante su masía.
Su padre tenía una pequeña cuadra de cerdos que los alimentaba y los cuidaba con prolijidad. Asimismo, cuando
llegaba un día especial, toda aquella dedicación destinada al cuidado del animal se convertía en una suculenta alabanza al paladar. Se evidenciaba todo aquel esfuerzo y minuciosidad que su padre había realizado durante todo ese tiempo. María mostraba cierta admiración por el arte de la ganadería. Es así como creció observando el trabajo de su padre.
Años después, esa afición se convirtió en una vocación. María decidió hacer crecer el negocio familiar e implementar todos los conocimientos adquiridos a lo largo de su infancia. Para ello, agrandó las cuadras y aumentó la cantidad de cerdos. Cada madrugada aquel fulgor amarillo de los girasoles entraba por la ventana de la habitación y María se
maravillaba mirando el horizonte mientras meditaba como podía mejorar la crianza de sus animales.
Enriqueció su alimentación y su cuidado. Una vez ella creía que era el momento, subastaba la carne al pueblo.
Todas estas técnicas se propagaron de generación en generación sin perder los detalles y el esmero en la confección del producto.
Años después, sus descendientes denominaron a esta obra Sunflower. En honor a todos esas mañanas donde el resplandor amarillo iluminaba el rostro ensimismado de María, con intención de encontrar el perfeccionamiento de la crianza. Y a la vez, a todo ese amor involucrado que se materializaba en cada bocado de carne Sunflower.
¿Por qué sunflower tiene un mejor equilibrio en los ácidos grasos?
Por su alimentación rica en Omega 3
El cambio introducido en la alimentación de los animales ha mejorado la calidad resultante del producto.
Los controles analíticos demuestran el aumento de ácido Omega 3, y por tanto la mejora en el equilibrio de la proporción Omega 6 : Omega 3, y la disminución del porcentaje de ácidos grasos saturados, aportando una mejora en su valor nutricional.
Los ácidos grasos del cerdo Sunflower tienen una temperatura de fusión más baja conllevando una mejor asimilación para el organismo