Para crecer de manera saludable, los bebés también necesitan la densidad de nutrientes de la carne. Asimismo, las personas mayores también necesitan esta fuente de nutrientes específica para evitar que pierdan sus músculos.

La carne llena las reservas de hierro:

Los nutricionistas recomiendan comenzar con alimentos ricos en hierro como muy pronto a partir del quinto y como muy tarde a partir del séptimo mes de vida del bebé. La carne contribuye a mantener el alto requerimiento de hierro del niño. Los niños tienen reservas de hierro que duran hasta los dos años, pero debido a su rápido crecimiento, la necesidad de este nutriente esencial es particularmente alta.

Las personas mayores necesitan más proteínas que las personas más jóvenes para mantener sus músculos. Cualquiera que renuncie por completo a la carne y, por tanto, a una de las mayores fuentes de proteínas aumenta el riesgo de perder músculos. En la vejez, los músculos fortalecidos ayudan a moverse con seguridad y a evitar caídas.

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